Cuando un proyecto difícil fracasa o se produce un gran revés, las reacciones lo revelan todo. Un empleado se pone a la defensiva, viendo el obstáculo como un fracaso personal. Por otro lado, otro empieza a hacer nuevas preguntas, tratando el obstáculo como el verdadero punto de partida.
Y, en este contexto, todo se reduce a la diferencia entre una mentalidad fija y una mentalidad de crecimiento.
En una mentalidad de crecimiento personal, se busca la realización individual. Igualmente, en un entorno corporativo, esta mentalidad adopta un formato exclusivamente diferente. A saber, una mentalidad de crecimiento empresarial se construye en torno al crecimiento de la empresa en su conjunto.
Como resultado, las organizaciones que cultivan una mentalidad de crecimiento en el lugar de trabajo forman equipos capaces de resolver problemas más complejos. De hecho, según una encuesta de TalentLMS sobre Mentalidad de Crecimiento, el 80% de los ejecutivos afirman que este tipo de mentalidad contribuye directamente al aumento de los ingresos.
¿Qué es una mentalidad de crecimiento?
Una mentalidad de crecimiento rechaza la idea de que el talento o las habilidades son características fijas. En lugar de eso, cree que la dedicación y el esfuerzo continuo ayudan a desarrollar competencias y a superar situaciones desafiantes.
El término fue acuñado por la investigadora Carol Dweck en 2012 y gira en torno a la creencia de que “convertirse es mejor que simplemente ser”.
A saber, ¿qué significa realmente tener una mentalidad de crecimiento? Ejemplos de mentalidad de crecimiento incluyen abrazar desafíos, aceptar retroalimentación y adaptarse a los cambios.
En la práctica, la diferencia se manifiesta cuando, por ejemplo, un equipo de ventas con mentalidad fija encara una meta perdida como un veredicto final sobre su capacidad. Igualmente, un equipo con mentalidad de crecimiento ve esa misma falla como un dato valioso, preguntando: “¿Qué parte de nuestro proceso podemos probar y mejorar mañana?”
¿Cuáles son las cinco características de una mentalidad de crecimiento?
Una mentalidad de crecimiento se construye a partir de hábitos intencionales fundamentados en la creencia central de mejora continua, un concepto explorado en investigaciones de la Southern New Hampshire University.
A saber, según dicho estudio, se identificaron cinco características principales que están frecuentemente presentes en personas con una fuerte mentalidad de crecimiento.
La característica más común es abrazar los desafíos. Una persona con mentalidad fija ve una tarea difícil fuera de su zona de confort y piensa: “Eso no es mi responsabilidad.” En contraste, alguien con mentalidad de crecimiento mira la misma tarea y pregunta: “¿Qué puedo aprender al intentarlo?”
Igualmente, abrazar desafíos exige una creencia profunda en la persistencia y en ver el esfuerzo como el camino hacia la maestría. Cuando un proyecto no sale bien, la respuesta es volver a examinar los datos, entrevistar a otro grupo de clientes o crear un prototipo más pequeño para probar una nueva hipótesis, enfrentando los obstáculos como desvíos, no como callejones sin salida.
Y finalmente, todo este sistema se alimenta de una sed de retroalimentación y de la capacidad de aprender de las críticas. Tener una mentalidad de crecimiento significa creer que una crítica no es un ataque personal, sino una lección gratuita. Es la diferencia entre preguntar: “¿Cómo lo hice?” y la pregunta mucho más poderosa: “¿Qué podría hacer mejor?”

¿Cómo una mentalidad de crecimiento beneficia al lugar de trabajo?
Una mentalidad de crecimiento transforma directamente toda la cultura organizacional, pasando de una “cultura de la prueba” a una “cultura de la mejora”. Es decir, la primera hace que los colaboradores estén siempre defendiendo sus talentos existentes. Por otro lado, la segunda se enfoca en el desarrollo personal y profesional de forma colectiva, una transformación que genera resultados de negocios poderosos y multiplicadores.
Impulsa el desempeño y la innovación
La innovación depende de la toma de riesgos inteligentes, algo imposible en una cultura paralizada por el miedo a equivocarse.
En contrapartida, cuando los equipos son incentivados a experimentar y aprender de lo que no funciona, descubren más rápidamente lo que sí da resultado. Ese proceso se convierte, entonces, en el verdadero motor de la resolución creativa de problemas y del desempeño excepcional.
Forma equipos resilientes y comprometidos
La libertad para fracasar es la base de la seguridad psicológica. Cuando los errores se ven como datos y no como acusaciones personales, los compañeros empiezan a colaborar con más honestidad y confianza. Como resultado, surge un equipo resiliente, comprometido y con un claro sentido de responsabilidad.
Genera una verdadera adaptabilidad
Promover una mentalidad de crecimiento crea la ventaja competitiva más valiosa de todas: la verdadera adaptabilidad.
Una organización repleta de personas innovadoras, comprometidas y resilientes no teme los cambios en el mercado ni las nuevas tecnologías. Al contrario, ve el cambio no como una amenaza a ser soportada, sino como un nuevo conjunto de problemas a ser solucionados.
Cómo promover una mentalidad de crecimiento en el lugar de trabajo
Los colaboradores están altamente sintonizados con la cultura de la empresa. Prestan atención a lo que dicen los líderes, pero aún más a lo que la empresa realmente recompensa o castiga. A saber, no se puede declarar una cultura de crecimiento el lunes y, el viernes, elogiar solo los proyectos más seguros o castigar a quien ha fallado.
Fomentar una verdadera mentalidad de crecimiento exige, por lo tanto, cambiar de forma intencional las acciones del liderazgo, las normas culturales diarias y los sistemas formales que reconocen valor.
Entonces, ¿cómo cultivar una mentalidad de crecimiento y la cultura de aprendizaje que la acompaña?
Modele desde la cima
Los líderes deben convertirse en los aprendices más visibles de la sala, admitiendo abiertamente cuando están equivocados y discutiendo activamente las habilidades que están intentando desarrollar. Igualmente, pueden utilizar y modelar críticas constructivas para demostrar cómo una postura positiva puede ayudar a alcanzar el éxito.
Como resultado, esta vulnerabilidad pública da permiso a toda la organización para priorizar el crecimiento en lugar de la perfección.
A saber, como afirma Neena Newberry en el episodio What most leaders get wrong — and how to do it right del pódcast de TalentLMS: “Algunos de los líderes más poderosos e influyentes, en mi opinión, son aquellos que están dispuestos a decir cuando no saben algo, cuando algo es realmente desafiante o cuando no tienen todas las respuestas, y necesitan abrir la discusión a más personas y obtener más aportaciones.”
Cómo modelar una mentalidad de crecimiento como líder – Los líderes pueden compartir una historia sobre cómo sus habilidades de pensamiento crítico fueron insuficientes en determinado proyecto, pero cómo, como resultado, mediante un esfuerzo consciente y programas de capacitación, lograron cubrir esa brecha. – Al inicio de una reunión semanal del equipo, los gerentes pueden dedicar dos minutos a hablar sobre un error que cometieron esa semana y lo que aprendieron de él. |
Construya una cultura de retroalimentación segura
Una retroalimentación honesta solo puede existir dentro de una cultura de seguridad psicológica absoluta.
De hecho, el impacto de este tipo de seguridad psicológica es difícil de sobrestimar. A saber, cuando el Proyecto Aristóteles de Google estudió a sus equipos de mayor rendimiento, la seguridad psicológica fue la cualidad compartida más importante.
Igualmente, los líderes pueden atender a esta necesidad de seguridad y aprovechar un público ya receptivo, visto que el 65% de los empleados afirman que les gustaría recibir más retroalimentación.
Cómo construir una cultura de retroalimentación segura – Reformule los estresantes “post-mortems” como “revisiones de aprendizaje” colaborativas y normalice la retroalimentación transformándola en un hábito predecible. – Termine todas las reuniones individuales con la misma pregunta: “¿Qué podría hacer mejor para apoyarte?” |
Recompense el proceso, no solo los resultados
En primer lugar, una cultura de crecimiento muere si solo se elogian las victorias perfectas. Los gerentes deben ser capacitados para utilizar un lenguaje específico que valore el trabajo inteligente, incluso frente al fracaso.
Por ejemplo: “El resultado no fue el que esperábamos, pero tu análisis de datos fue innovador. Vamos a utilizar exactamente ese proceso en el próximo proyecto.”
Igualmente, conecte ese reconocimiento con una inversión tangible en oportunidades de desarrollo profesional.
Vale destacar también que su equipo está listo para esa inversión. En el mismo informe de TalentLMS sobre Mentalidad de Crecimiento, observamos que el 77% de los colaboradores creen que sus habilidades pueden desarrollarse mediante un proceso de aprendizaje corporativo.
Cómo recompensar el proceso, y no solo los resultados – Sistematice esta práctica añadiendo una sección de “Principales Aprendizajes” a cada informe de proyecto, a saber, haciendo que la discusión sobre lo aprendido sea tan importante como las métricas finales. – Igualmente, celebre los esfuerzos de los colaboradores en los canales de la empresa, incluso cuando eso signifique que participaron en proyectos fallidos o cuyos resultados fueron inferiores a lo esperado. |
Entrene a los empleados para una mentalidad de crecimiento
Puede argumentarse que una mentalidad de crecimiento no puede entrenarse de forma inherente. Sin embargo, es justamente ahí donde se estaría equivocado. La esencia de una mentalidad de crecimiento es que todo puede entrenarse. Siendo así, ¿por qué no un cambio de mentalidad?
Igualmente, para comprender esto mejor, es importante entender que una mentalidad de crecimiento es, a saber, la suma de un conjunto de habilidades. Entre esas competencias esenciales, destacan aquellas que se pueden (y deben) entrenar: escucha activa, adaptabilidad, pensamiento creativo, pensamiento crítico, inteligencia emocional, flexibilidad, definición de metas, persistencia, resolución de problemas, resiliencia, receptividad a la retroalimentación y autorreflexión (entre muchas otras).
Entrene a los empleados para una mentalidad de crecimiento – Invierta en herramientas que promuevan el desarrollo continuo, como una plataforma LMS para entrenamientos continuos, a fin de fomentar aún más una cultura de mentalidad de crecimiento. – Mapee las habilidades necesarias para cultivar esta cultura (a saber, como se listó anteriormente), utilizando un modelo de análisis de brechas de habilidades o una herramienta específica que mapea talentos rápidamente, identifica brechas de competencias con facilidad y asigna entrenamientos en pocos clics. |
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¿Cómo demostrar una mentalidad de crecimiento en el trabajo?
Es fácil confundir una mentalidad de crecimiento con un tipo de personalidad.
Sin embargo, no es una característica fija. En realidad, una mentalidad de crecimiento es algo que uno hace, no algo que uno es.
Es decir, se trata de un conjunto de elecciones deliberadas y observables que uno hace todos los días. Igualmente, con la formación y los recursos adecuados, es posible desarrollar las habilidades relevantes tanto para su equipo como para la organización en su conjunto.
Esté preparado para enfrentar desafíos (no huya de ellos)
Demostrar una mentalidad de crecimiento comienza en la forma en que uno encara e inicia su trabajo. Por lo tanto, participe activamente y ofrézcase como voluntario para esa tarea difícil que otros tienden a evitar.
En ese sentido, cuestione: “¿Qué nueva habilidad puedo desarrollar al asumir esta responsabilidad?”
Igualmente, en reuniones, dirija verbalmente el enfoque del equipo de “¿Alcanzamos la meta?” a “¿Cómo podemos mejorar nuestro proceso para llegar hasta allí?”
Como resultado, un fuerte enfoque en la agilidad de aprendizaje es lo que separa a los futuros líderes del resto. De hecho, un estudio de Korn Ferry identificó esta característica como uno de los mayores predictores de éxito en liderazgo a largo plazo.
Enfrenta el fracaso como una oportunidad de aprendizaje
La señal más visible de tu mentalidad es la forma en que reaccionas cuando algo sale mal. En este contexto, una mentalidad de crecimiento igualmente abraza los desafíos, sustituyendo la culpa y la frustración por la curiosidad.
En lugar de decir “El proyecto fracasó”, practica reformular la situación como: “Este intento nos enseñó que nuestra suposición inicial era incorrecta.” A saber, como recomendación, mantén un “registro de aprendizajes” personal para anotar una lección importante de cada contratiempo.
Como resultado, este hábito diario transforma la reflexión en un bien tangible y demuestra que ves el fracaso como una forma de aprendizaje, y no como un veredicto final.
Busca y utiliza retroalimentación
Una mentalidad de crecimiento es proactiva. Es decir, busca retroalimentación y oportunidades de aprendizaje en lugar de esperar a que se le asignen.
En lugar de esperar tu evaluación anual, busca a un colega de confianza después de una presentación y pregunta: “¿Qué podría haber hecho diferente para mejorar esto?” A continuación, como resultado, pon en práctica de forma visible el consejo que hayas recibido.
A saber, este compromiso con el aprendizaje continuo es algo que las empresas exigen. Según el Foro Económico Mundial, más de la mitad de todos los colaboradores necesitarán una recualificación significativa en los próximos años, lo que refuerza que el aprendizaje autodirigido es una necesidad para el crecimiento profesional.
Colabora y comparte conocimiento
Debes transformar tu mentalidad individual en un activo colectivo para el equipo.
Por eso, comparte activamente lo que has aprendido con un nuevo curso o una tarea desafiante. A saber, cuando un colega obtenga éxito después de un largo período de esfuerzo, elogia públicamente su persistencia y dedicación en un canal del equipo.
Como resultado, tu forma positiva de enfrentar los desafíos y el reconocimiento público de los procesos de los demás pueden elevar la dinámica de todo el equipo, promoviendo el tipo de colaboración que hace prosperar a las organizaciones.
Reflexiona y ajusta
Finalmente, debes reflexionar regularmente sobre tu progreso e identificar áreas en las que puedes mejorar. Igualmente, es fundamental estar siempre dispuesto a ajustar tus estrategias y enfoques con base en el feedback y en las capacitaciones que recibes.
Como resultado, al reflexionar y ajustar constantemente, seguirás esforzándote por aprender y crecer, tanto en el ámbito personal como profesional.
Aprovecha el poder de una mentalidad de crecimiento
Responder a la pregunta de cómo desarrollar una mentalidad de crecimiento es solo una pieza de un rompecabezas mayor.
Igualmente, el verdadero trabajo consiste en construir una organización capaz de reinventarse constantemente. Como escribió, a saber, el futurista Alvin Toffler: “Los analfabetos del siglo XXI no serán aquellos que no sepan leer y escribir, sino aquellos que no puedan aprender, desaprender y reaprender.”
Como resultado, la función principal de cualquier líder moderno no es solo gestionar personas, sino liderar el aprendizaje.
Para ello, facilita el aprendizaje para tu equipo y tu empresa con un LMS. Un LMS puede ayudarte a crear, entregar y realizar el seguimiento de las capacitaciones, todo en un solo lugar. Cada empleado recibe un camino claro para el desarrollo profesional. Y cada líder obtiene una visión clara de las habilidades de su equipo.
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Autoría del Artículo:
Marialena Kanaki – Gerente de Marketing de Contenidos
Marialena odia hablar de sí misma en tercera persona. Le encanta inspirar a las personas con autenticidad y prioriza esto en todo su contenido, sin necesidad de trucos ni disfraces.
Enlace al artículo original en inglés: https://www.talentlms.com/blog/growth-mindset-workplace/
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